A Coruña, 29 de octubre del 2014
El deporte rey sigue expandiéndose por todos los rincones del planeta y es practicado por gentes de muy diversa procedencia, entre ellas los musulmanes, que constituyen cerca de un cuarto de la población mundial. Si bien los jugadores musulmanes no tienen ningún problema en ejercer su oficio durante la mayor parte del año, se enfrentan a una dura tarea cuando se trata de jugar durante el mes sagrado del Ramadán, mes de ayuno que crea un dilema a muchos. Durante dicho mes, los musulmanes no pueden comer ni beber desde el amanecer hasta el anochecer. Tampoco fumar y mantener relaciones sexuales. Ramadán es un mes para el ayuno, para rezar por las noches, para leer el Corán, rememorar a Dios, hacer súplicas, realizar la peregrinación menor, darles de comer a los ayunantes, dar en caridad, y ser generoso con los necesitados. Este es el mes para hacer un retiro espiritual en las mezquitas y apartarse de este mundo y volverse hacia Dios, y esforzarse en la adoración. Por este motivo losfutbolistas musulmanes arrostran múltiples retos durante este mes, pues tienen que adaptarse a una dieta distinta y a una alteración en la rutina del sueño y de hidratación.Si bien ayunar durante el Ramadán no presenta mayores obstáculos en países y sociedades musulmanes, ya que los clubes cambian su programa de entrenamiento para adaptarse al nuevo régimen (los partidos se juegan por la noche, lo cual no supone ningún trastorno a los deportistas de esta religión), sí podría suponer un quebradero de cabeza para futbolistas musulmanes que desempeñan su oficio profesionalmente en sociedades no musulmanas debido a que el hecho de que la rutina diaria de estos jugadores no cambie nada durante el Ramadán, especialmente durante el verano, cuando los días son muy largos, es un gran problema.Tanto a entrenadores como a aficionados les preocupa el efecto del ayuno en sus jugadores. Ya que, balancear las exigencias del Ramadán con las demandas de un deporte de alto rendimiento puede ser muy complicado.
«Cada vez que me ha tocado un entrenador que no está conforme con mi decisión (de ayunar), yo le digo que aun así lo haré y que si él ve que mi actuación es buena que me permita seguir jugando, pero que si no es buena que me deje en la banca», le dijo a la BBC Demba Ba.
«Los entrenadores prefieren que no ayune, pero si lo hago, entienden que es un momento especial para mí», indicó AbouDiaby.
Redactado por
Diego Rey
Judit Veira